SÍNODO 2023

Un sínodo es una asamblea eclesial convocada -según su ámbito geográfico- por el Papa o por los obispos para consultar y dar su opinión sobre las cuestiones planteadas al sínodo por esos líderes.  Los sínodos se celebraban en la Iglesia antigua.  Pueden tener lugar a nivel diocesano, provincial, regional o universal de la Iglesia. En 1965, el Papa Pablo VI hizo de los Sínodos de los Obispos una institución permanente para asesorar al Papa en el gobierno de la Iglesia.  

La palabra sínodo viene de dos palabras griegas syn (juntos) y hodos (camino) que significan "viajar juntos". El concepto de sínodos, o sinodalidad, reconoce que mientras viajamos juntos por el camino del Reino de Dios, el Espíritu Santo actúa a través de todos los bautizados. Los sínodos son una forma de ese caminar juntos por el que los líderes de la Iglesia están llamados a discernir lo que el Espíritu está diciendo a la Iglesia, no por sí mismos, sino escuchando al Pueblo de Dios, probando todo y reteniendo lo que es bueno (Documento Preparatorio del Sínodo, 14).

1967    Conservación y fortalecimiento de la fe
1971    Sacerdocio y justicia
1974    Evangelización
1977    Catequesis
1980    La familia cristiana
1983    Penitencia y reconciliación
1987    La vocación de los laicos
1990    La formación de los sacerdotes
1994    La vida consagrada
2001    El episcopado
2005    La Eucaristía
2008    La Palabra de Dios
2012    La nueva evangelización
2015    La vocación y la misión de la familia
2018    Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional

Los temas de los Sínodos Extraordinarios han sido

1969    Cooperación entre la Santa Sede y las Conferencias Episcopales
1985    El vigésimo aniversario del Vaticano II
2014    Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización

El tema del XVI Sínodo Ordinario de 2023 para el que el Papa Francisco busca aportaciones es "Por una Iglesia sinodal, comunión, participación y misión."  Si bien el Papa Francisco considera que la sinodalidad define la forma, el estilo y la estructura de la Iglesia, los sínodos no implican "la asunción en la Iglesia de la dinámica de la democracia" (Documento Preparatorio del Sínodo, 14).  Más bien, los sínodos, en el corazón de una comunidad estructurada jerárquicamente, son asambleas consultivas en las que "toda la comunidad, en la libre y rica diversidad de sus miembros, es convocada para orar, escuchar analizar, dialogar, discernir y ofrecer consejo para tomar decisiones pastorales lo más cerca posible de la voluntad de Dios" (La sinodalidad en la vida y la misión de la Iglesia, Comisión Teológica Internacional, 67-69).  La sinodalidad proporciona una aportación esencial a aquellos a quienes se confía el gobierno de los distintos niveles de la Iglesia, desde el Vaticano hasta su parroquia local. 

Nuestra diócesis buscará, por diversos medios, las aportaciones de los fieles a través de nuestras parroquias, comunidades religiosas y grupos en toda la diócesis y en sus periferias.  No se trata de un Sínodo Diocesano, sino de un proceso consultivo mediante el cual buscamos una amplia aportación para los obispos que se reunirán en Roma en 2023.  Buscamos aportaciones sobre la experiencia de la gente en los procesos consultivos pasados y actuales y las esperanzas para los esfuerzos futuros de caminar juntos para promover la misión del Reino de Dios en los tiempos difíciles que enfrentamos juntos.  También buscamos aportaciones para el Renacimiento Eucarístico Nacional de tres años de duración, previamente planificado para las diócesis de los Estados Unidos, que comienza en la primavera de 2022.  Por último, buscamos aportaciones para los esfuerzos de evangelización en curso en nuestra propia diócesis.

Los documentos preparatorios del Sínodo reconocen las dificultades de convocar grupos consultivos en tiempos de pandemia.  No convocaremos una gran reunión a nivel diocesano, sino que pediremos a cada parroquia que solicite aportaciones a través de los medios que cada párroco considere más eficaces dadas las circunstancias y capacidades de la parroquia.  Estos medios pueden incluir reuniones físicas o virtuales o encuestas a los feligreses.  La Diócesis también coordinará el acercamiento a las periferias para ofrecer una oportunidad a aquellos que actualmente no están asociados regularmente con una parroquia para que den su opinión.

Al anunciar el Evangelio, la Iglesia camina junto con todo el pueblo de Dios.  Buscamos una amplia aportación a la cuestión de cómo ha estado ocurriendo el "caminar juntos" en nuestra Diócesis y qué pasos nos invita a dar el Espíritu Santo para crecer en nuestro caminar juntos mientras nos esforzamos por llevar a cabo la misión encomendada a la Iglesia de hacer discípulos de todas las naciones.
Antecedentes.  Para re-familiarizarse con algunos de nuestros esfuerzos consultivos pasados, este resumen de los esfuerzos consultivos más recientes sobre los principales esfuerzos diocesanos o revisiones más rutinarias puede ser útil.

1. Planificación pastoral.  Desde el año 2000, a través de fusiones, consolidaciones y cierres, hemos reducido nuestro número de parroquias de 127 a 97. Antes de que se dieran esos pasos, el Obispo Reilly pidió al clero y a los representantes laicos de cada parroquia que se reunieran con representantes de las parroquias vecinas para establecer formas de colaboración para atender a la gente en sus parroquias.  Se creó un Comité Diocesano de Planificación Parroquial, formado primero por el Obispo Reilly y luego por el Obispo McManus, junto con párrocos, líderes laicos y personal de la Cancillería, para recabar la opinión de las parroquias y, junto con los párrocos, reclutaron, formaron y facilitaron reuniones con los consejos parroquiales, los comités de finanzas parroquiales y los representantes de las parroquias para determinar la mejor manera de cumplir su misión.  Setenta y seis parroquias de toda nuestra diócesis han participado activamente en la planificación parroquial desde el esfuerzo original de agrupación.  Otras ocho parroquias están actualmente involucradas en la planificación pastoral.
2. Campaña Capital.  Antes de comprometerse con la Campaña Capital  Legado de  Esperanza, de $32 millones de dólares, el Obispo McManus convocó a un comité de párrocos y laicos de nuestra Diócesis para revisar la posibilidad de una campaña capital.  El Obispo McManus aceptó las recomendaciones del comité sobre la realización de un estudio de viabilidad, la designación de una empresa para llevar a cabo dicho estudio y, posteriormente, para realizar el llamamiento.  Antes de tomar la decisión de embarcarse en la Campaña Capital  Legado de  Esperanza, se hicieron reuniones personales con párrocos, religiosos y laicos de toda la Diócesis y se solicitó la opinión de todos los interesados mediante una encuesta en línea en el enlace del Estudio de Planificación Diocesana de la página web de la Diócesis.  Las aportaciones de esas entrevistas, es decir, la encuesta mencionada, un Comité Asesor de Párrocos, el Consejo Diocesano de Finanzas y el Consejo Presbiteral, fueron esenciales en la decisión del Obispo McManus de emprender Legado de  Esperanza y determinar los usos de los fondos recaudados.  En el ámbito parroquial, los párrocos, por diversos medios, solicitaron la opinión de sus feligreses para determinar los casos parroquiales y los usos para los que se recaudarían los fondos.
3. Encuesta de los Departamentos y Programas Diocesanos.  En 2015 se llevó a cabo una evaluación de los Departamentos, Juntas y Programas Diocesanos por medio de una encuesta de 31 páginas que el Obispo McManus pidió a las parroquias que completaran después de consultar a los párrocos, párrocos asociados, diáconos, personal parroquial laico, así como a los Consejos Parroquiales y Comités de Finanzas.  La encuesta siguió a cuatro sesiones de escucha que el obispo McManus celebró con sacerdotes diocesanos en el otoño de 2014.  
4. Aportaciones para el Sínodo de la Familia.  Durante el Año de la Familia, la Diócesis invitó a todos los feligreses a responder a las preguntas en línea planteadas en preparación de los Sínodos Extraordinario y Ordinario de los Obispos de 2014 y 2015 sobre la Familia.  Setecientas respuestas de nuestros feligreses fueron resumidas y enviadas a la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos para ser incorporadas a las respuestas enviadas a Roma desde los Estados Unidos.
5. Consolidación de escuelas.  Antes de la fusión de las escuelas secundarias Saint Peter-Marian y Holy Name, se reunió un comité ad hoc, formado por funcionarios de la Oficina de Escuelas Católicas, representantes de la Junta de Escuelas Católicas y el liderazgo laico del Comité Diocesano de Finanzas, para estudiar el futuro de las dos escuelas que habían estado sufriendo la disminución de las inscripciones.  El comité examinó cuidadosamente la misión, las tendencias, los presupuestos y el estado físico de las escuelas antes de hacer su recomendación de cerrar uno de los campus y crear una nueva escuela secundaria diocesana combinada llamada Saint Paul. Un comité separado examinó la Escuela Secundaria San Bernardo en Fitchburg, que también había estado luchando con la disminución de la matrícula y los déficits presupuestarios.  Mientras el comité estaba preparado para recomendar el cierre de Saint Bernard, un grupo de padres laicos y ex alumnos de St. Bernard apelaron para hacerse cargo de la escuela y continuar su funcionamiento como escuela católica, independiente de la Diócesis.  El obispo McManus, el superintendente de escuelas, Dr. Perda, y los funcionarios de finanzas de la diócesis se reunieron en numerosas ocasiones con el grupo de padres y acordaron arrendar la propiedad de la escuela (por $1) al grupo para su funcionamiento en la escuela de Fitchburg.
6. Cada parroquia tiene un Consejo de Finanzas y muchas tienen un Consejo Parroquial que buscan el aporte de las parroquias para formular recomendaciones para los párrocos sobre las operaciones, presupuestos, programas y proyectos de la parroquia.